El arte en tiempos de angustia. Escritos libres de arte y terapia.

Rasgar una hoja, pegarla en otro papel vomitar un poema incomprensible, tocar el surco del lápiz tras el dibujo que se arrancó sin permiso...

Dibujar un garabato inútil, sentir las manos en la pintura. Que la mente se pierda en un momento, un presente, diminuto pero infinito, navegable y propio.

¿Qué es perderse? ¿Por qué condenamos "perder el tiempo"? No hay premio, nota ni pago por crear con las manos invocando el sin sentido de la productividad, dejando al vacío emerger, conectándolo a las profundidades del alma. Pero, ¿Hay momento que tenga más sentido acaso, que el que el que es sólo propio?

¿Y si eso es lo que necesitamos? Perdernos para encontrar lo perdido, como dijeron los andinistas Ritter y Pizarro, que encontraron, mientras estaban perdidos en la montaña,al andinista italiano Vincenzo Chiaranda, quien no había sido hallado en más de 60 años.

¿Y si nos arriesgamos a perdernos en lo simbólico, en el tiempo no productivo, qué podríamos encontrar?

Los surcos del papel, los surcos de las manos, pensar en la nada y que ocurra la idea inesperada, soñar, mirar el techo, perderse en una tarde con el lápiz y la pintura. Garabatear una forma en una boleta.

Pistas valiosas de un camino para el que no nos sirve Google Maps.

¿Y si enfrentar a la angustia con arte, nos devuelve sentido y palabra?